Opiniones Provinciales Nacionales El Mundo Generales Contacto

viernes, 17 de abril de 2009

Seis ideas falsas que destruyen el matrimonio *


Idea Falsa 1: El "amor" lo resuelve todo
Para empezar, pensaba que el matrimonio sería muy fácil. Pensé que nos adaptaríamos más o menos automáticamente. Pensé que porque nos amábamos, pasaríamos por cualquier tormenta sin contratiempo alguno. O al menos, pensé que cualquier forcejeo simplemente terminaría con una escena romántica, como ocurren en las telenovelas en cuyo reparto él y yo éramos los protagonistas.
Pero me he dado cuenta de que muy poco parece pasar automáticamente en una relación matrimonial. El matrimonio es trabajo - el trabajo a veces es duro, cansón e incómodo. De hecho, imagino que el grado de dificultad en combinar dos vidas se parece, por ejemplo, a encontrar cómo desviar un huracán y encontrar estacionamiento en el centro de una importante.

Idea falsa 2: Teoría del Esposo Clarividente.
Cuándo estaba recién casada, pensé que si mi esposo Víctor realmente me amaba, él debería ser al menos clarividente (¡o al menos casi vidente!). Yo esperaba que él supiera automáticamente lo que yo pensaba y sentía, y que supiera qué hacer sin que yo tuviera que decirle nada. Si el no reaccionaba conforme a como mis necesidades lo requirieran, y conforme a como yo lo esperaba, yo llegaría a la conclusión que… ¡él no me amaba!

Fue extremadamente difícil para mí darme cuenta que Víctor realmente quería estar allí para mí. Él quería conocer mis necesidades y hacia lo mejor que podía, pero… ¡él no adivinaba el pensamiento! ¡Él no podía saber lo que yo necesitaba a no ser que yo se lo dijera!

Y así, a través de los años, hemos ido mejorando en compartir nuestros pensamientos y sentimientos, clarificando nuestras esperanzas, necesidades, y expectativas de cada uno y nuestra relación. Como consecuencia, hemos mejorado en cumplir las necesidades de cada uno y poner de nuestra parte para realizar las esperanzas y expectativas de ambos.

Idea falsa 3: Teoría de la llave de la felicidad.
Antes de que yo estuviera casada, pensaba que ser feliz significaba obtener aquello que uno quiere. He aprendido, después de treinta y siete años de matrimonio que ser feliz significa amar eso que obtienes.

Idea falsa *4: Teoría del guisado de ternero
En los primero años de nuestro matrimonio, cuando estábamos en la escuela y ambos trabajábamos y no nos veíamos lo suficiente, yo tenía la falsa idea de que un matrimonio podía sobrevivir en medio de aquella clase de negligencia "no perjudicial".

Sin embargo, he aprendido desde entonces la siguiente verdad: "hacer un matrimonio es muy parecido a hacer un guisado. Un matrimonio sólo será tan bueno como los ingredientes que pongas en él. Si no te separas tiempo para conversar con tu compañero, para salir a caminar, a cenar juntos en ocasiones especiales y salir por las tardes; si no tomas tiempo para compartir impresiones, para reír y para disfrutar de ocasiones románticas, tu matrimonio no será más que un guisado sin sabor y mal hecho.

Idea falsa 5: Teoría de los Momentos importantes.
De algún modo asumí que los días más importantes en un matrimonio serían los aniversarios, las bodas, las Navidades, y las reuniones de familia. Pero ahora he cambiado de parecer, y a cambio ahora sé que el día más importante en cualquier matrimonio es el día de hoy.

Mi querido amigo Jorge me dijo algo cuando él era muy anciano - algo que nunca he olvidado: "Susana... No esperes para ser feliz. No lo aplaces. Marta y yo siempre quisimos hacer un viaje de fantasía a California cuando Fredy estaba cursando la preparatoria. Nunca lo hicimos y ahora es muy tarde..."

Idea falsa 6: La teoría de "Si metiste la pata, tienes que aguantar"
Y aquí entra la cuestión religiosa. Tengo que confesar que yo tenía una idea totalmente falsa sobre Dios y el matrimonio. Pensé que si habíamos metido la pata en un matrimonio que resultaba ser un fracaso, Dios querría simplemente mantenernos
”enganchados”, hasta que llegase el fin. ¡Qué equivocada estaba!

Hoy no creo que eso es lo que Dios quiere. En efecto, pienso que Dios quiere que nosotros continuemos juntos, por supuesto. Pero no es suficiente adaptarse a que no existe esperanza para el matrimonio que no salió bien o no puede arreglarse. Más bien, me parece que Él quiere que nosotros nos apoyemos, que recemos, que nos esmeremos y que continuemos trabajando duro para arreglar nuestro matrimonio. Además, creo que Dios quiere que nosotros le demos por lo menos algo de tiempo y espacio en nuestro matrimonio, para que Él pueda darnos una mano para convertir nuestro desastroso matrimonio en algo no solamente tolerable, sino hermoso, deseable y fuerte.
*FUENTE: http://www.antesdelfin.com. Material extractado y editado.